Mientras en Lanzarote volvían los corruptos al poder, en Tenerife un alcalde de toda la vida hacía de las suyas. Nos referimos, cómo no, al inabarcable Marcos Brito, alcalde del Puerto de la Cruz casi siempre gracias a una moción de censura. Se celebraba este mismo lunes pleno de la Corporación con varios asuntos espinosos en el orden del día, como la reorganización tras la marcha de Jaime Coello del Grupo Socialista o los presupuestos del Ayuntamiento para 2010. Avisado el muy Brito de que en la sala se encontraba un grupo de estudiantes de La Guancha que se dispone a montar una televisión digital terrestre, al parecer desafecta al régimen, ordenó que fueran desalojados de la sala, para lo que fue necesario un despliegue de ocho policías locales. El PSOE advirtió al pedazo de regidor de que no lo hiciera, so pena de ver cómo también abandonarían el pleno los concejales socialistas. Dicho y hecho: los jóvenes reporteros y los concejales de la oposición, a la calle.