Continúan los feos al marqués de las Dunas, Domingo González Arroyo, presidente del PP de Fuerteventura. Su partido no lo quiere ver ni en pintura, y no porque el hombre haya tenido sus deslices en los juzgados, sino porque por en medio ha aparecido Águeda Montelongo, que representa para Soria y para Larry (y a veces también para Pío García Escudero), la renovación en estado puro. A González Arroyo le han quitado el primer puesto al Parlamento y ya le han comunicado que el comité electoral tampoco le permitirá ir de candidato a la alcaldía de La Oliva. Para colmo, lo han llamado desde Génova para decirle que ni se le ocurra presentar las candidaturas de los municipios que por estatutos son competencia del Comité Ejecutivo Insular. Sólo les queda quemarlo en las hogueras de San Juan, pero como eso es en junio, ya los quemará él antes. Verán.