Los nervios de José Manuel Soria tienen un nombre concreto, Megaturbinas de Arinaga. El papel desempeñado por esta empresa en favor de su casero le va a granjear unos cuantos problemas en el futuro más próximo. Estamos muy seguros de ello. Esos problemas pueden llegarle por muy variadas vías, unas más expeditivas y urgentes que las demás, pero todas ellas con efecto llegada, a ver si nos entienden. Pongamos algunos supuestos. Si, por ejemplo, Emilio Mayoral, presidente actual de la Autoridad Portuaria de Las Palmas, pusiera en manos de la Fiscalía el informe de la Abogacía del Estado sobre el acuerdo entre Arnáiz y los Esquível para beneficiar ilegalmente a la empresa-chiringuito de éstos, Promotora de Recursos Eólicos, se formaría tal pelotera que dejaría la trama de Celso Perdomo en una pelea de patio de colegio. Tal informe es contundente, a la par que elegante: el acuerdo en favor de los Esquível es ilegal, nulo y perjudicial para el interés general. ¿A que les suena a La Gran Marina?