El asunto del concurso de las megaturbinas anticipa una cortina de humo. Desvelado el negocio grande, aquel que quería para sí el casero del señor Soria 1, Javier Esquivel, ahora se producen denuncias de caza menor. Celso Perdomo es mastín de Soria, al igual que Larry , que para eso se criaron juntos con los claretianos de toda la vida, justo donde también se instruyó el hoy ministro de Justicia, Juan Fernando López Aguilar. Pero en el concurso eólico las señales de humo no apuntan a la caza menor, sino que tras la tonga de proyectos hemos de escrutar dónde se ubica el clan de la avaricia. Mientras no tengamos por cierto que Larry y Celso dominan la escena, la sorpresa está por venir. Se lo contaremos. Ya les dijimos que compraran lupa, pero les recomendamos que crean que Celso y Larry, tanto monta monta tanto, no están en las verdaderas claves, las que les iremos dando y cuyo acuse de recibo será el de siempre: el de Soria 1, el Cid, que cada vez campea menos. Pero hay una denuncia, y suena a grave también.