Dice Suárez Gil que -no lo olvidemos- es presidente de la Cámara de Comercio, que el todo incluido no tiene por qué ser malo. Entendemos que se refiere a que no debe ser nocivo para el sector comercial al que representa, ni para el de la restauración, el de los coches de alquiler, el transporte público o cualquier otra actividad obligada a cotizar a la Cámara de Comercio por obra y gracia del artículo 33. Y para fundamentar su aserto, el líder empresarial ha asegurado que es preferible tener a esos turistas de garrafón que no tener ninguno. Visto de ese modo, debemos concluir inmediatamente que mejor es tener a este líder empresarial que a otro peor. Pero el caso es que no se nos ocurre quién puede superarlo.