Hay lugares donde las técnicas de defensa jurídica más sofisticadas se tropiezan con un juez perseverante y seguro de lo que dice y de lo que hace. Nos referimos al juez Antonio Pedreira, instructor de la trama de Gürtel en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que acaba de prorrogar durante otros dos años la prisión provisional al cerebro del caso de corrupción más importante de la democracia, Francisco Correa. Gracias a ese auto, que han reproducido los periódicos de circulación nacional, hemos descubierto que el abogado de Francisco Correa es un viejo conocido de Canarias, José Antonio Choclán, defensor, entre otras personalidades de aquí, del empresario Santiago Santana Cazorla en el caso Góndola, y del secretario general del PP, Manuel Fernández, en el caso salmón. Lo que no tenemos confirmado es que el señor Choclán fuera uno de los letrados cuyas conversaciones con Correa en prisión fueran grabadas por órdenes de Garzón y refrendo de Pedreira y la Fiscalía en busca de tretas para la evasión de capitales. Pero ese es otro cantar, que hoy queremos ocuparnos del meneito que Pedreira le ha metido a este ilustre letrado, especialista en defender a presuntos implicados en casos de corrupción vinculada al Partido Popular.