Hay noticias que adquieren carácter dramático en función del momento histórico en que se producen. Que un Gobierno como el de Canarias, con dificultades de tesorería incluso para pagar las nóminas con la puntualidad acostumbrada, se gaste ahora más de 80 millones de euros en procedimientos informáticos puede ser hasta un insulto para los miles de canarios que lo están pasando realmente mal. Pero si esa multimillonaria inversión se compara con lo que cuesta llegar a la luna, entonces es para echarse las manos a la cabeza y para que el personal se ponga a pensar que alguien se lo está llevando crudo. La India lanzó la semana pasada desde la bahía de Bengala su primera sonda lunar, de nombre Chandrayaan I, que alcanzará la luna en quince días. La nave, de unos 1.400 kilos de peso y equipada con once instrumentos científicos, ha tenido un coste de 3.860 millones de rupias (unos 62,4 millones de euros). O sea, que con el dinero que vamos a pagar por programas informáticos para mejorar la gestión tributaria canaria, otros llegan a la luna y les sobran 20 millones. Da que pensar, ¿verdad?