Nunca había sido noticia que a un político no lo hicieran ministro. Y el político, como no podía ser de otro modo, es Juan Fernando López Aguilar, al que sus adversarios y una parte de la prensa isleña tienen saeteado tipo vudú por llamar a las cosas por su nombre. Y dos piedras. No recordamos ni un solo titular durante los Gobiernos del PP que resaltara que no había canarios en el Gabinete de Aznar, y recordamos los grandes fastos cuando Enrique Martín, el único isleño que tocó poder en Madrid con ese pedazo de presidente, llegó a director del Instituto Nacional de Meteorología. Una influencia del carajo en las altas presiones, no hay duda.