El concurso tiene por objeto el Plan de Rehabilitación de las Zonas Turísticas de Gran Canaria y, según el informe técnico que justifica su adjudicación, se ha otorgado al mejor de los tres proyectos presentados. El gerente del Consorcio, José Fernández, con competencias delegadas para adjudicar contratos de hasta 60.000 euros, ha cumplido a rajatabla con la Ley de Contratos del Estado, que tiene perfectamente reglada esta modalidad, la más repetida cada día en todas las administraciones públicas españolas. Pero, insistimos, no se trata en estos momentos de denunciar anomalía alguna, ni sobrevuela sobre este concurso ningún tipo de sospecha. La intención no es otra sino la de asesinar profesionalmente a los que han discrepado en algún momento histórico con la forma de hacer política de los que creen que son ellos los dueños del solar, los tocados por una deidad superior para decidir quién puede ganarse los garbanzos limpiamente y quien se lo puede llevar crudo para casa. Y a veces para el partido. Habrá fanfarria, ya verán, que algunos han vuelto a desenfundar los megáfonos.