Si naciste para martillo, del cielo te caen los clavos. A don Pepito se le acumulan los calderos al fuego, y a su santa cruzada independentista, a su campaña de ataque a Paulino Rivero, a su fanfarria de insultos a los periodistas y a las familias de los periodistas que le afeamos su línea editorial, tiene que añadir el conflicto laboral que tiene encendido en el seno de su empresa. Un alma caritativa, cuya identidad ignoramos por completo (palabra de honor, dicho sea para ponernos en situación) hizo llegar a la Tesorería General de la Seguridad Social que dos de las pagas extras que el generoso editor mantenía hasta el otro día, jamás se habían cotizado correctamente. La inspección correspondiente corroboró tales irregularidades y concluyó con una sanción de 400.000 euracos de nada que Editorial Leoncio Rodríguez, S.A. ha conseguido aplazar a razón de un pago de 50.000 euros por trimestre. Esperemos que quede algo en el fondo del caldero para pagar a tanto abogado desplazado a México y tantas demandas y querellas que lo van a tener dentro de nada más tiempo en el banquillo que en su despacho de la avenida de Buenos Aires. Dicen por ahí que Paulino no lo va a perdonar ni con 100.000 jaculatorias a la virgen de la Candelaria. Nosotros tampoco.