La moción de censura en Arrecife debe leerse en varias claves. Desde luego, la primera es evidente: el intento de perpetuar un modo corrupto de hacer política por el que una institución pueda ser dirigida desde una celda de la prisión de Tahíche. Pero no deben descartarse otras motivaciones, como la ya mentada de Cándido Reguera y de su partido, el PP, desesperado por asaltar el poder en una isla que se le viene resistiendo desde hace un tiempo. Pero, ¿qué decir de la participación activa de los hermanos Becerra? Mientras Ubaldo, concejal en desbandada, se dispone a votar una censura al alcalde bajo cuyo mandato cometió actos supuestamente delictivos, su hermano Juan Carlos (Nueva Canarias) vuelve a propinar una tremenda coz al PSOE. Tras ayudar a desalojarlo del Cabildo conejero, lo hace ahora en Arrecife, suponemos que con la bendición de Román Rodríguez, que mantiene en Gran Canaria y una sucesión de pactos hasta ahora sólidos con los socialistas.