Frente a los numeritos de Soria en el Cabildo y su deficiente concepto de la democracia, algunos compañeros de su partido, el PP, tratan de suavizar sus comportamientos. Es el caso, por ejemplo, del alcalde de Santa Brígida, Carmelo Vega, que este mismo jueves dejó perpleja a la concejal opositora por antonomasia, Victoria Casas, de CC-Compromiso con ella misma y sus electores. Casas dijo a CANARIAS AHORA RADIO que había visto a un alcalde conciliador, con unos muy marcados rasgos demócratas, que le ofreció reuniones cada quince días y que “hasta me sonreía” cuando ella, en la sección de ruegos y preguntas, pedía que el Ayuntamiento de Santa Brígida se implicara en el conflicto del Consorcio de Bomberos. Lo que no pudo aclarar la concejal fue si la sonrisa era de “si yo te contara lo que me dejan implicarme”, de “chacha, ¿tú sabes lo que me pides?” o de “vamos a ver, vamos a ver; siguente asunto”.