Para rematar este ejemplo tan edificante de gestión intachable, es necesario recordar cómo pagó la empresa compradora los 1.020 millones de pesetas a La Caja. Muy sencillo, la entidad que entonces dirigía con ese estilo Juan Francisco García hacía comprado el día anterior el 15% de dos sociedades de la compradora por un importe de 1.052 millones, una valoración que hasta el Banco de España consideró desproporcionada. Y con ese mismo dinero, un día después de la compra-venta, el comprador ordenó el traspaso de fondos a una cuenta de La Caja Vivienda. Una cosita más que puede parecer insignificante: en la escritura de venta de esas tres parcelas, La Caja hacía constar que el dinero lo había recibido con anterioridad a la firma, cosa que no era cierta porque el pago se efectuó un día después. Un pandero, Paquito, parece que falta un pandero.