Mientras el saqueo avanza de manera imparable, la directora de antena de la Televisión Canaria, Anuska Simón, se echa las manos a la cabeza y mira a todos lados en busca de una explicación, de una inspiración que le permita diseñar una parrilla de programación para julio y agosto. Los cálculos son desesperanzadores porque la caja se está quedando vacía de tantos compromisos políticos que atender, ya saben, el 40% de la pasta para las productoras afines al PP y el resto, para las de Coalición Canaria. Y con la complicación añadida de que dentro de CC ya hay dos tendencias bien diferenciadas, con Willy tirando para un lado y Javier González Ortíz, viceconsejero y desafortunado ideólogo del perverso modelo clientelar exclamando aquello de “esto no era, esto no era”. Y Anuska, al borde de la dimisión.