La preproducción, la producción, el rodaje y el montaje de la película de Lucas Fernández han estado rodeados desde el principio de diversas vicisitudes. Ya les hemos contado aquí lo de las subvenciones canarias, que el director cifra en 300.000 euros, mientras otras fuentes hablan de más del doble. También ha habido problemas con el rigor histórico en torno a la muerta de la pareja del artista, y con la ausencia de obras del pintor surrealista tinerfeño en el film. Ahora ha tocado cambiar el nombre y Oscar Domínguez, el color del destino ha sido sustituido por Óscar, una pasión surrealista. Desconocemos los motivos, que seguramente tendrán que ver con la similitud con el título de aquella cinta protagonizada por Paul Newman y Tom Cruise, El color del dinero. Siempre el dinero, vaya.