Como en el camarote de los hermanos Marx, pero en zafio. El alcalde de Santa Brígida, Antonio Díaz, trásnfuga del PP, intentó este jueves en un pleno extraordinario sacar adelante algunos trámites conducentes a legalizar el famoso centro comercial de la villa, investigado hasta por Trapisondistas sin Fronteras. No pudo, claro, entre otras cosas porque al pleno sólo acudieron siete de los diecisiete concejales censados. Ya saben que el PP se ha roto en tres pedazos, que el alcalde ha montado su propio partido, Carmelo Vega, el suyo de él; que del PSOE han dimitido todos, pero no se han nombrado sustitutos, y dos de CC se han pasado al PP. Para lo que queda de mandato, más vale cerrar el Ayuntamiento y rezar para que los satauteños sigan creyendo en él.