El abogado de José Miguel Suárez Gil volvió a equivocarse. Había prometido a su cliente que no ingresaría en prisión por muy majadera que se pusiera su esposa, Josefina Navarrete. Y se equivocó una vez más porque el Zorro Plateado ya pasó este miércoles su primera noche ya como penado en El Salto del Negro. Fue un visto y no visto, dicen que voluntariamente para evitar los flashes, pero otros sostienen que un coche patrulla ejecutó la orden del juzgado de aplicarle suavemente el auto de ejecución de su condena de doce meses. No había terminado Suárez Gil de calentar la celda cuando ya le estaban diciendo que se vistiera de bonito para volver a bajar a los juzgados de Granadera Canaria, donde le esperaba la señora Navarrete para exigirle explicaciones en una de las múltiples causas abiertas por su quebrantamiento de condena, por acercarse a la víctima de sus desvaríos más de la cuenta. Y gracias a esa comparecencia en el juzgado de Instrucción número 1 cuando hemos conocido cuáles han sido los padecimientos de salud que ha sufrido el ex coordinador empresarial y ex presidente de la Cámara de Comercio de Las Palmas. Tomen nota porque a la disfagia (imposibilidad de tragar) que alegó para eludir el ingreso en prisión, este jueves añadió ante el juez que ha tenido un grave problema en el ano porque, por lo que hemos podido intuir, se le infectó un pelo y se la armó buena en esa zona tan sensible de su orografía plateada.