No es que la persigamos, les damos nuestra palabra, es que cada vez que abre la boca para pronunciarse se convierte en una mina periodística. Pepa Luzardo, que alcanzó el grado de alcaldesa de las Palmas de Gran Canaria por esas grandezas que tiene la democracia, se ha pronunciado acerca de los gastos que va a suponer para la ciudad el concierto de Sting, previsto para julio. A Pepa le escandaliza que solo haya localidades para 12.000 personas, que el precio sea tan alto (40 y 50 euros) y que el ayuntamiento haya hecho ese dispendio de 150.000 euros. Indocumentada como siempre a la hora de lanzarse a opinar, debemos empezar por reconocerle ese derecho a la ex alcaldesa, a la que a continuación hay que aclararle las cosas para que no derrape tanto. En primer lugar el número de localidades es el que es por exigencias del contrato y posibilidades del recinto. El precio por entrada es notablemente más bajo que cualquier otro de la gira de este artista. En otros lugares el precio oscila entre 90 y 140 euros por persona. Tres, el ayuntamiento aporta muchísimo menos de lo que la señora Luzardo reventó para el concierto de Shakira con el que despidió su lamentable mandato municipal. Aquel bolo nos costó a todos la nada despreciable cantidad de 600.000 euros, que comprometieron gravemente las cuentas de la sociedad municipal tenedora del Hotel Santa Catalina. Como siempre, Pepita, escupiendo contra el viento.