Efectivamente, mientras esta brutal colisión se producía en Barcelona con Alemania, en Néstor de la Torre el vehículo perseguido chocaba contra una farola, lo que permitía a otro coche policial alcanzarle e inmovilizarle. Los dos agentes se situaron, uno junto a la puerta del acompañante, y el otro detrás del BMW, y cuando el primero iba a detener a uno de los perseguidos, el conductor puso la marcha atrás y embistió al coche patrulla. Siempre según la versión de la Policía, el agente número uno efectuó dos disparos al aire para tratar de amedrentar a los que luego resultarían detenidos. Pues no acertaron ni una porque en ninguna parte del reglamento y en ningún protocolo se permite este tipo de comportamientos. Que ya se sabe que desde hace años los tiros al aire los carga ni se sabe muy bien qué bicho ruin.