Podría haberse considerado casual que ningún cargo del Gobierno de Canarias acudiera a las solemnidades de los Santos Ángeles Custodios, a celebrar con el Cuerpo Nacional de Policía su fiesta patronal. No hubo nadie en la Supercomisaría de Las Palmas de Gran Canaria, y tampoco hubo nadie en el Puerto de la Cruz. Lo que pudo ser casual se convierte en sospechoso cuando tampoco acude nadie del mismo Gobierno a ninguno de los dos actos organizados por la Guardia Civil en Canarias con motivo del día de su patron. Nadie en Tenerife, nadie en Gran Canaria. Es la primera vez en la historia de la Autonomía, según recuerdan los más viejos del lugar, en que estos cuerpos, que velan por la seguridad en Canarias, se ven despreciados por el Gobierno, lo que puede ser interpretado de varias maneras, todas ellas bastante feas.