En un documento de noventa folios plagados de tópicos, el autor de la candidatura de Las Palmas de Gran Canaria a capital europea de la Juventud 2011 presupuesta las acciones a desarrollar en nada menos que 10 millones de euros, que se emplearían de esta sencilla manera: un millón en publicidad y marketing; tres millones en Administración, Sistema y Control de evaluación; y seis millones en “Programa 2015”. Todo ello, claro está, sin ficha financiera de ningún tipo y sin especificar de que otras administraciones y en qué cuantía procederán esos fondos. Eso sí, el economista que diseñó el presupuesto se preocupó mucho de hacer constar que se trata de un presupuesto “estimativo de acuerdo con las previsiones económicas actuales y su posible evolución futura. Las cifras a presentar en el dossier para la fase final variarán en función de la evolución que experimente la situación económica 2012-2013”. También deja pendiente de definir “el epígrafe otros ingresos que puedan derivarse de merchandising y otras acciones que puedan aportar un retorno” y pronostica que “muchos de los proyectos se financiarán con el programa Juventud en Acción”, lo que podría conducir a “una variación leve”. Este es el proyecto que Las Palmas de Gran Canaria ha presentado a Europa. Para que se hagan una idea, la capitalidad cultural tenía un presupuesto de 60 millones durante el periodo 2011-2016, pero contemplaba inversiones y acciones concretas y con sus asignaciones correspondientes.