En su afán por aparentar que maneja datos que pudieran acreditar que la Policía se extralimitó con el alcalde y los demás detenidos de Mogán, Soria deslizó un par de solemnes mentecateces. Dijo, entre otras cosas, que a los detenidos se les aplicó “el protocolo más duro”, como si existieran diferentes escalas en las detenciones. Hemos consultado con expertos y no hay nada de eso. Es más, con el único protocolo en la mano, a los detenidos se les debió esposar desde el primer momento porque es responsabilidad de los agentes que practican la detención la seguridad del detenido, de los agentes y de terceras personas. Y jamás en las detenciones practicadas se han utilizado las esposas, y mucho menos cuando se va a conducir a los detenidos a lugares donde pudiera haber cámaras. Es más, se utilizaron coches camuflados y no coches-patrulla, que es lo que marca la normativa. Lo malo de lo dicho por Soria es que, a partir de estos momentos, es más que posible que la Policía aplique “el protocolo” y empiece a esposar a todo el mundo. ¿Y no lo habrán hecho la mañana de este viernes con Francisco González y Onalia Bueno? Porque llegaron a las seis de la mañana en coches con torreta.