Pero, además de Arenas, a Soria le traicionó este viernes su manía de meterle una querella a todo el que se mueve. Cayó en la trampa que muchos le tendían al reclamarle que se querellara contra un cualificado militante de su partido que ha dicho ante el juez y ante la prensa que él recaudaba para el PP. Curiosamente, el anuncio de querella se produce cuando esas afirmaciones han aparecido en un periódico nacional y después de que aquí toda la prensa se haya hartado de publicarlo, comentarlo, dalre para atrás a la moviola, volverlo a decir y hasta regodearse en la faena. Lo que no sabemos con exactitud, porque la procuradora aún no ha metido la querella, es el motivo concreto de la misma. Porque, que sepamos, Gordillo señala como máxima responsable de la recaudación a su jefa, a la ex presidenta local del PP y ex concejal de Obras, Toñi Torres, y en ningún momento asegura que la financiación llegara a otros ámbitos del partido. Entonces, ¿debemos entender que Soria se ha dado por aludido por alguna afirmación en concreto? ¿Será por aquella en la que Gordillo habla de otro recaudador cuyo nombre se niega a facilitar al periodista? Lo sabremos cuando la querella se presente y camine por esos juzgados que tenemos.