Son las encuestas las que se equivocan. Con esta máxima José Manuel Soria y su entorno tratan de transmitir serenidad y confianza en la victoria a toda la militancia del PP canario, alarmada por los resultados que arrojan las consultas y por la percepción misma de que el barco se hunde. Ese gran timonel en el que confiaron sigue instalado en el desbocado caballo de la soberbia y cegado por sus propios errores, lo que le impide comprobar la coincidencia general: hay una clara tendencia a la baja con áreas de fuerte marejada y posible batacazo final. Pese a esos mensajes tranquilizadores, hay tres síntomas que indiscutiblemente confirman los pronósticos: a) Soria se gastará seis millones de dinero público en hacerse publicidad este año preelectoral; b) sus más cercanos colaboradores empiezan a resituarse a ver si pueden optar a un puestito en alguna lista en la que no esté el gran timonel, y c) algunos firmes apoyos mediáticos de antaño se lo empiezan a replantear todo. Seguiremos informando.