En el solar, ubicado junto al auditorio Alfredo Kraus, está muy interesado un grupo de empresarios de Canarias y de la Península que ya hizo una importante oferta económica de más de 24 millones de euros a los que se supone ya deberían ser sus propietarios, los que vendieron a Pepa El Confital. La cosa se retrasa, y se retrasa tanto que empiezan a encenderse las alarmas. Primero unas lucecitas ámbar y luego unas cada vez más rojas hasta que la máquina tocadiscos ya parece una auténtica verbena. Quieren que alguien empiece a meter monedas y monedas, billetes y billetes, hasta que suene correctamente el Black is Black. Dicen que hasta seiscientos millones de veces de los de antes. Y eso ya es cantar mucho.