Han pasado casi cinco años y todavía colea el primer escándalo de la era Luzardo, la adjudicación de unos módulos de desalación de agua de mar a la empresa Isolux. Fue el caramelo envenenado que a la ex alcaldesa le pasó su antecesor, José Manuel Soria, que dejó el concurso encaminado para que Luzardo se tuviera que limitar exclusivamente a adjudicarlo. Como recordarán, la ex alcaldesa le metió mano al asunto en pleno agosto ordenando un segundo informe técnico que contradijera convenientemente al primero de ellos, emitido por los expertos del departamento del Ciclo Integral del Agua. Isolux, que era una de las empresas peor puntuadas, pasó de repente a ser la mejor valorada, lo que permitió al grupo de gobierno del PP adjudicarle el contrato. Cinco años después, la nueva Corporación anda arrostrando con los perjuicios de aquellas cochinadas.