Allí estaba media Canarias, con infinidad de empresarios del turismo de ambas provincias, con Eustasio López rayando el suelo con los colmillos que le salían al ver con sus propios ojos cómo se confirmaba que ha salido antes el palacio de congresos de Adeje que el de Maspalomas. Pero por mucha cara radiante con que se presentara ante el Rey, Don Juan Carlos buscaba algún conocido que le echara una mano, y lo vino a encontrar en el consejero de Educación, Isaac Godoy, que lleva coincidiendo con los monarcas desde que llegaron a Lanzarote. Godoy charlaba tan ricamente con Dulce Xerach cuando se le echó literalmente encima el Rey para preguntarle: ?¿pero aquí no hay nada que comer??. Y había, claro que había, lo que pasa es que al Rey lo habían secuestrado numerosos clubes de fans que no paraban de pedirle retratos de grupo, sonrisas, carantoñas y Crónicas de un Pueblo, ya saben. Cuando Don Juan Carlos vio a Isaac Godoy por los alrededores, se tiró en plancha, y mientras llegaba un canapé, Xerach le trajo una copa de vino de Tacoronte que le hiciera más llevadero el acto.