Que a José Manuel Soria Gran Canaria le importa un pimiento, parece realidad incontestable y compartida por muchos. Desde que abandonó la presidencia del Cabildo no hace otra cosa que producir desplantes, bien directamente o bien utilizando a algunos de los cerebros políticos que tiene a sus órdenes. Dentro de esa gama de cerebros, cerebrines y descerebrados que ejecutan las órdenes de Soria contra Gran Canaria, destaca con luz propia la consejera de Turismo, Rita Martín, cuya torpeza política la coloca a ella y a su jefe en una posición cada vez más embarazosa. En una entrevista publicada este domingo en La Provincia, la cruz que tiene el sector turístico, la culpable de que los touroperadores se revuelquen de risa por los suelos cuando se habla de Canarias, volvió a despendolarse, especialmente en su postura en el Consorcio para la Rehabilitación Turística del sur grancanario.