Del mismo modo, con todo lujo de detalles, Guillermo García-Alcalde describió la reunión que se celebró en el palacete de San Bernardo en 1983, el mismo día en que Jerónimo Saavedra tomó posesión de la presidencia del Gobierno de Canarias. Aquella tarde, tras una recepción en el hotel Santa Catalina, el hoy alcalde convocó a los equipos editoriales de La Provincia y de Canarias7 para pedirles que la guerra mediática iniciada un año antes se enterrara de inmediato y que la competencia se limitara exclusivamente a lo puramente periodísticos y a los quioscos. No lo consiguió el presidente porque las diatribas públicas cesaron por generación espontánea años después. “Fue una guerra durísima y sin parangón en otros lugares de España”, destacó el periodista, que habló mucho de la crisis del gremio, que él limita a una coyuntura que terminará pasando, como todas las crisis. Y dejó algunas frases interesantes para los que estamos empezando en este negocio (ejem): “El mejor periodismo es el periodismo crítico”; “llevarse bien con el poder es aplicarse una autocensura, unas limitaciones que influyen en la calidad del producto que se entrega al lector o al oyente”.