Pueden leer en nuestra edición de hoy la última victoria judicial de Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Las Palmas y de Seguridad Integral Canaria. Él mismo se reconoce como hombre controvertido, más veces de las deseadas en el ojo del huracán, casi siempre por motivaciones ajenas. Acaba de cerrar un viejo pleito que lo mantenía enfrentado a la viuda de un socio, a la que derrotó una y otra vez en los juzgados, tanto penalmente, como en las jurisdicciones civil y social, en primera instancia, en la Audiencia Provincial, en el Supremo y en el Constitucional. Una victoria judicial que se pudo convertir en derrota si, en el último momento, no hubiera imperado la generosidad. Porque la viuda del primer socio de Ramírez estaba obligada a abandonar por desahucio el chalet propiedad de Seguridad Integral que ocupaba desde hace años sin pagar renta de ningún tipo. Y su adversario en los juzgados decidió finalmente llegar a un acuerdo: comprarle el 3% que la viuda conservaba aún en la empresa a cambio de una cantidad dineraria y de la titularidad del inmueble. Tiburón, intransigente, inflexible, polémico? Ramírez también parece saber ganar.