Basta con repasar las hemerotecas para explicarse algunas cosas que parecen inexplicables. La niña Aitana llega el centro de salud de El Mojón en torno a las siete de la tarde del día 24 de noviembre. Tras ese informe a todas luces erróneo del médico que la atiende, Diego P. es detenido, sobre las ocho de la noche, por la Policía Local, que informa a los medios de comunicación del asunto: un detenido por lesiones, malos tratos y abusos en la persona de una niña de tres años. Pasada la medianoche, la Policía Local pone al detenido en manos de la Guardia Civil. La niña muere a las siete de la tarde del jueves, 26 de noviembre, con el detenido en los calabozos del instituto armado. En ese momento se le cambia la imputación de lesiones por la de asesinato, aún a la espera del informe de la autopsia. El viernes, 27, el detenido niega ante el juez todas las acusaciones que se le imputan y a mediodía todos los medios de comunicación conocen los resultados de un estudio hecho a la niña en el Hospital de la Candelaria que concluía, entre otras cosas, que no hubo abuso sexual de ningún tipo. Algunos medios empezaron a recular. Otros salieron el sábado obviando en portada esta revelación.