Anda el patio muy revuelto en La Caja, y no podemos circunscribir tal revoltura al espacio que hay entre La Isleta y Triana, pasando por el Refugio. Hasta Tenerife han llegado los seísmos particulares que provoca con tantos movimientos telúricos el poder de la quintaesencia, más los venidos de fuera en plan aparición galáctica. En Tenerife hay elecciones sindicales, y por mucho que intentaron que el “sindicalismo constructivo” del CSICA presentara candidatura de cinco, hubo que conformarse con tres de los de la genuflexión. Por lo tanto, los empleados de La Caja (entidad pública de derecho privado, no lo olvidemos) tendrán que optar entre elegir libremente entre CCOO y UGT, lo que les librará de los fatigosos correos electrónicos que, escritos en pinsular, les envía un directivo de la entidad en plan cariñoso. Aunque la advertencia de “ateneros a las consecuencias” haya corrido por toda la Isla Picuda si se vota al sindicato más combativo. Eso sí, los tres del CSI Tenerife ya tienen prometido desde Triana que habrá recompensas.