Aciaga temporadita judicial la que está padeciendo el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Dos sentencias muy puñeteras han venido a enturbiar aún más el sombrío panorama que dejó el PP, con un amplio ramillete de resoluciones de los tribunales que hipotecarán en el futuro gran parte de los recursos municipales. Y lo que te rondaré, morena. La del famoso solar de Pavía ha levantado especulaciones (no urbanísticas) para todos los gustos alrededor del modo y manera de revertir esa pieza tan codiciada a los originales propietarios, la familia Reyes. Pero también ha despertado en ciertos ambientes muy sensibles un inusitado interés el hecho de que esos beneficiaros sean parientes políticos del concejal que lo fue de Urbanismo en una de las etapas decisivas para que se propiciara lo que luego resultó recurrible y una victoria en los tribunales. Como también suscita interés que el que iniciara el cambio de uso de la parcela fuera nuestro admirado Jorge Rodríguez.