Por si el pleno del sábado ha dejado a los ciudadanos perplejos ante el tamaño y textura de la caradura de este Gobierno y de los partidos que lo apoyan, prepáranse para asistir en enero a una nueva y sonrojante trapisonda política: la descatalogación de numerosas especies animales y vegetales canarias contraviniendo las leyes y directivas ambientales españolas y europeas. El objetivo no es otro que descatalogar los famosos sebadales de Granadilla, de modo que las fuerzas vivas que animan y financian a estos indecentes puedan desarrollar el macropuerto allí proyectado. La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza y voces autorizadas como la de David Brandwell, director del Jardín Botánico Viera y Clavijo, ya han advertido sobre las graves consecuencias ambientales y legales que puede tener esta nueva golfada parlamentaria.