Cuando acuden profesores y funcionarios a la Universidad Popular con la intención de ocupar nada menos que tres plantas, comprueban que no reúnen las condiciones adecuadas, que las aulas son insuficientes y que impartir enseñanzas allí va a ser complicado. Mientras tanto, los trabajadores de la Universidad Popular se enteran de todo por la prensa. Desconcierto, oscurantismo, ignorancia... Hasta que alguien encendió la luz, ¿y qué se vio? Pues se vio a Juan Magdalena Darias, director general de Formación Profesional y Educación de Adultos del Gobierno de Canarias, presentándose en el Ayuntamiento para buscar una solución. Se les ocurrió, fitetú, sobre la marcha, reconvertir el centro ¡en la primera Universidad para Mayores de Canarias! Es decir, una mezcla de enseñanzas, de programas y de cursos para escapar de la quema, evidentemente. Todo ello, claro, con los órganos municipales en Belén con los pastores sin poder explicar cómo va a quedar a partir de ahora lo que venía siendo el Centro de Educación de Adultos.