Tenemos un Cabildo de Soria, provincia de Las Palmas, que no se merecen los ciudadanos de Gran Canaria. No comprenden, los grancanarios, los desvelos de su presidente, que trata de aplicar una política muy austera para que todos podamos llegar felices hasta final de mes, y la isla tenga un mayor grado de servicios, de obras públicas y de calidad de vida. Por eso ha decidido que la Corporación abandone actividades tan insidiosas y poco rentables como la central lechera, el matadero o la visita de premios Nobel, que vienen aquí, como todo el mundo sabe, a incordiar al presidente. Prefiere Moda Cálida nuestro admirado Soria, además de determinadas obras emblemáticas, como la ampliación de la Casa Palacio Insular o el aparcamiento en donde antes estaba el Centro Insular de Cultura. Ah, y La Gran Marina, que por poco se nos olvida.