No nos equivocamos (por una vez y sin que sirva de precedente) y acertamos de pleno recomendándoles el debate de la Ser entre Soria, Ramírez y Pérez, candidatos al Cabildo de Gran Canaria. Valió la pena comprobar cómo está posicionado cada uno en su lugar y ejecutando a la perfección el papel que la actual situación política y las previsiones marcan. Quizá fuera José Miguel Pérez el ganador del debate, no sólo por méritos propios, sino por deméritos de sus contrintantes, que terminaron enfrascándose en una truculenta pelea a ver quién era más radical, quién ha hundido más al Cabildo, quién insultaba más a los ciudadanos de Las Palmas, quién era más intolerante y quién será capitán de uno el día 26. Pero ya fuera de micrófono, cuando entre asesores e invitados se sorprendieron de la última frase soriana, que algunos atribuyeron a Mao Tse Tung con grande asombro y escándalo -dada la vena anticomunista que todo lo invade en el PP-. Soria, rápido de reflejos, corrigió a los conversadores para hacerles ver que su frase era, en realidad, de Mao Zedong. El comunismo, por tanto, para el que se lo trabaja.