Hay algo que no puede esperar más, y ahora hablamos con la más absoluta seriedad. Es archiconocido que este periódico mantiene una línea crítica con José Manuel Soria, presidente del Partido Popular de Canarias y del Cabildo de Gran Canaria. Y nos reiteramos, por sus obras y por sus palabras, parece evidente. A él no le gustamos lo más mínimo, y eso hasta nos gusta a nosotros. Pero cuando dice -como dice- que nos hemos metido con su aspecto más familiar y hasta personal, o no dice la verdad o nosotros somos unos indocumentados. Eso, lo de meternos en la vida íntima de la gente, lo tenemos prohibido, con él y con cualquiera, aparte de que no encontramos nada criticable en su entorno que pueda ser noticiable o de interés para los ciudadanos. Y si alguna vez por comentarios que se pudieran deslizar se ha interpretado así, sepan él y nuestros lectores, que no hemos actuado con ánimo de injuriar o de incordiar. Hemos demostrado ser capaces de reconocer nuestros errores y hasta de pedir disculpas. Pero no somos en absoluto conscientes de lo que nos acusa Soria. Si su entorno familiar se ha sentido ofendido en alguna ocasión, lo sentimos, ni ha estado en nuestra intención ni nos interesa. Quede claro, porque seguiremos criticando al Soria hombre público.