No más experiencias como la vivida con Arnáiz. Quizá sea esa la consigna que reina ahora en el Ministerio de Fomento para con los polémicos presidentes de autoridades portuarias que pudieran estar poblando el litoral español. La ministra del ramo, Magdalena Álvarez, ya ha dado las primeras muestras de desconfort con el actual presidente de la Autoridad Portuaria de Santa Cruz de Tenerife, Luis Suárez Trenor, del que parece haberse olvidado el tinerfeñismo profundo pese a verterse sobre él graves imputaciones en un auto de Baltasar Garzón sobre una de las ramificaciones de la estafa de Fórum Filatélico. Es precisamente esa situación de insoportable presunción de inocencia la que seguramente llevó a la ministra a pedir a los organizadores de la presentación de un barco de Salvamento Marítimo, la semana pasada en Tenerife, que no hicieran una invitación muy amplia, de modo que no aparecieran por allí todas las autoridades. No es saludable que haya imágenes en los archivos de periódicos y televisiones que luego puedan ser utilizadas para ilustrar informaciones incómodas de ver.