Se avecinan años difíciles en el Ayuntamiento de Telde, donde los acontecimientos de este martes reflejaron la ilusión óptica de que el reloj se había parado hace ocho años, cuando los mismos entraron al asalto del consistorio. La euforia de los firmantes del pacto de la corrupción, que aupará a la alcaldía a la imputada Mari Carmen Castellano, auxiliada a las bandas por el también imputado Guillermo Reyes, contrastaba radicalmente con el sentimiento de disgusto de muchos de los votantes de los partidos firmantes: “No era eso”, nos decían algunos conocidos nacionalistas locales. Pues será eso a partir de este sábado, cuando se constituya el nuevo Ayuntamiento teldense, y perdón por lo de nuevo. La fotografía de los firmantes este martes llamó la atención por la ausencia en ella de Guillermo Reyes, cuyos motivos para el desmarque desconocemos por completo (le sustituyó su hermano Carmelo). Algunos afirman que los firmantes quisieron rebajar en unos grados el excesivo escándalo de una foto así, con el 50% de los presentes imputados por delitos relacionados con la corrupción. Y añaden en descargo de la pesada carga, que hasta han conseguido que Reyes no lleve el urbanismo municipal. Como si eso tuviese alguna importancia una vez asuma esa responsabilidad en la escala técnica quien fuera su mano derecha en el cuatrienio negro, José Luis Mena, también imputado en la misma trama de corrupción general teldense.