Es curioso observar cómo se puede convertir en piedra de escándalo algo que en rigor no lo es. Atribuir a la secretaria general técnica de Hacienda una irregularidad por tener en casa una ADSL a nombre del Gobierno es una temeridad, porque todos los altos cargos tienen derecho a una línea de este tipo que no reporta coste alguno para las arcas públicas. Fue una de las mejoras introducidas por Telefónica para hacerse con el contrato de telecomunicaciones de la Comunidad Autónoma. Lo malo es que el denunciante lo sabe de sobra, aunque no sea ingeniero industrial, título que siempre se ha atribuido de manera falsa. Los equipos de investigación periodística bien pudieron hacer unas mínimas comprobaciones antes de lanzarse a destacar un escándalo falso, y estudiar, por ejemplo, lo que es la pseudología fantástica, o mitomanía, consistente en creerse las mentiras propias hasta límites insospechados.