Es muy probable que al tiempo de publicar este comentario el vicepresidente de Cáritas en la provincia de Santa Cruz de Tenerife ya se haya llevado una ensalada de tortas de la mano de Manolo Artiles, el comentarista televisivo más popular de la isla, propietario y alma de Mírame Televisión. José María Rivero, que es como se llama ese directivo de Cáritas, ha manifestado públicamente su opinión, que seguramente habrá de ser la oficial de esa organización diocesana, sobre los telemaratones, es decir, sobre la recogida masiva de alimentos, muy propia de estas fechas y muy recurrente en el mentado comentarista televisivo. “Las ayudas se deben dar de acuerdo a las necesidades reales”, “todo el año”, “de manera eficiente” y “salvaguardando la dignidad de las personas”, viene a ser de modo telegráfico lo dicho por Rivero a Radio El Día. Es, que nosotros sepamos al menos, la única voz autorizada que se ha atrevido a mostrar algún tipo de reparos a la iniciativa de Mírame Televisión y de su propietario a celebrar por quinto año consecutivo el telemaratón solidario “Tenerife, Canarias, contra la pobreza”, todo un despliegue de medios de comunicación, de voluntarios, de instituciones, de entidades, bancos, empresas, ONG, agrupaciones de pulso y púa dispuestos en posición de firmes a las órdenes de Manolo Artiles. Cómo si no. La opinión pública está volcada con una iniciativa revestida de toda la apariencia de la solidaridad, que mide su éxito en toneladas de comida recaudada y que juega de manera muy eficaz con la fibra sensible de la gente, especialmente en estas fechas navideñas. Nadie se quiere quedar atrás porque parecería, en ese contexto, un auténtico marciano. De ahí el valor que hay que otorgar a las críticas, amables pero críticas, de José María Rivero.