La culpa en esta ocasión no fue una recalificación urbanística, ni el chalet del portavoz del PP, José Mari Ponce, legalizado por la vía de enmedio nada más comenzar la legislatura. El motivo del durísimo enfrentamiento que protagonizaron el viernes la gente del PP y sus socios del PSOE en el Ayuntamiento de Arucas fue el contrato con la empresa de recaudación de impuestos. El PSOE y Coalición Canaria quieren renovarlo porque el grado de recaudación tanto en vía voluntaria como ejecutiva es elevado y satisfactorio, pero el PP quiere entregar ese contrato a la empresa Valora, muy vinculada a ese partido por la vía del Cabildo de Soria (provincia de Las Palmas). El PSOE, por si no lo recuerdan, tiene sobre la mesa la posibilidad de romper con el PP y pactar con Coalición Canaria. La oferta la hicieron en su día Román y Carmelo Ramírez a José Miguel Pérez, e incluía una prudente retirada de Froilán Rodríguez para que la cosa no chirriara. No sabemos qué pasará ahora, con el ex alcalde en manos de Mauricio.