Lo peor que tiene la Iglesia, la derecha política y sus corifeos es seguramente el proceso de severo marcaje al que se someten los unos sobre los otros. Jiménez Losantos llama “maricomplejines” a Rajoy cuando se comporta como un centrista, y si algún obispo osa discrepar, aunque sea levemente, de la doctrina del trío Gasco-Cañizares-Rouco, le llueve una somanta de palos (por no hablar de otras cosas con doble significado). El autor de la crónica de Libertad Digital no es otro que nuestro admirado Víctor Rodríguez Gago, que hace referencia a los comentarios nuestros de ayer aquí sobre la opinión que tiene Cases sobre la COPE, para añadir una apostilla con retranca: “No es la única opinión confusa emitida últimamente por la Iglesia en Canarias. Recientemente, el otro prelado isleño, el Obispo de Nivaria ?Tenerife?, Monseñor Bernardo Álvarez, hizo unas desconcertantes declaraciones sobre la actitud de algunos menores ante los abusos sexuales”. Más desconcertante es, quizás, mezclar una cosa con la otra, Víctor, mi niño. Que por mezclar ya has visto la que le hemos montado todos al pobre Álvarez.