Lourdes Santana se ha especializado en supervivencia. Entró en la televisión autonómica como jefa de informativos y ha visto de todo, incluido este preocupante mandato de Paulino Rivero, que seguramente es lo que le ha llevado a tomar la decisión de colocarse en el mercado. Ejercía hasta ahora un cargo estratégico, la jefatura del gabinete del director general, un apoyo fundamental del que ningún director general quiso prescindir a pesar de los distintos estigmas con que adornaron su frente sus detractores: primero, que si era mujer de Román; por último, socialista que desayuna cada día con López Aguilar. Todo falso, como corresponde a la ruindad mediocre en que se sancochan cada día la política y el periodismo en Canarias. Lourdes había tocado techo, y es probable que para regresar algún día siendo directora general del ente haya hecho bien en marcharse ahora.