Además de quebrar las teorías sobre la procedencia de estas especies, la aparición de don Pepito en Cuenca ha arrojado nuevos misterios sobre estas especies animales. Particularmente ha llamado la atención la joroba o chepa que presenta don Pepito, de cuya utilizad los paleontólogos aún no han podido dar explicaciones convincentes. No debemos descartar, conociendo como conocemos el comportamiento de individuos de especies similares puestas en relación con determinadas variedades de parásitos chupópteros, que la protuberancia en sí sólo sea un elemento decorativo de carácter puramente social. Su utilidad -debemos insistir en que sólo es una teoría- vendría dada por la necesidad de los parásitos de alrededor de estar a bien con la bestia, lo que les provocaría de manera periódica una compulsiva e irrefrenable actividad restregativa en la chepa del dichoso Concavenator. Es decir, que con una mano le frotaban melosamente y con la otra le sacaban y enroscaban los mocos con fruición. Expertos que han reclamado mantener el anonimato, aseguran tener plenamente identificados a los dos más representativos ejemplares de hemíptero que pululan alrededor de don Pepito. Identificación lograda también por ustedes, si no nos equivocamos.