En la entrevista que le hizo José Moreno en Radio El Día, Ángel Isidro Guimerá se retrató como quiso. Lejos de intentar sacudirse el sambenito de “tranquista” con el que le había adornado el periodista por esquivar de mala forma una entrevista anterior, el ex presidente de AP se metió en procelosas aguas rancias que lo reflejaron como un intransigente desinformado. Porque cuando se le escapó que el concurso de tatuajes iba a atraer mucho drogadicto, el entrevistador le echó un capote para que matizara un poquitín, y el hombre se reafirmó: “Yo no lo vinculo a la droga, pero no está muy alejado” (el mundo del tatuaje); “Alrededor de los que hacen tatuajes pululan gentes vinculadas con la droga”, y “En este mundo del tatuaje hay sectores marginales vinculados a la droga”. O sea, cuatro veces, cuatro, lo que evidencia que tiene esa reflexión muy interiorizada. Si lo escucha Paulino Rivero lo nombra directamente comisario de la Brigada de Estupefacientes Amor de Madre de la Guanchancha.