Tiene Las Palmas de Gran Canaria hasta guiri-guagua, que recorre media ciudad para enseñar a los turistas sus encantos. Tiene la capital hasta sociedad de promoción, y acude a ferias, certámenes y saraos por su cuenta vendiendo una imagen -discutible, pero imagen-. Lo malo está cuando el turista llega a la ciudad despistado. Le pasó a la amiga de una lectora, que haciendo tiempo, se dirigió a la oficina de información turística del parque de San Telmo a preguntar por los sitios más singulares de la ciudad. La respuesta la dejó patidifusa: con un plano de la ciudad extendido sobre el mostrador, la funcionaria explicó “aquí está Vegueta, donde hay algunos museos, y luego tenemos la zona comercial de Mesa y López, que está muy bien, y muy cerquita, el centro comercial El Muelle, que está muy de moda”. Ah, dijo la turista, pensando qué comprarse aquí que no encuentre en su ciudad.