Había contado la alcaldesa de Las Palmas de Gran Canaria, antes de decir que no casará a gays, que se propone vender la parte que el Ayuntamiento tiene en Emalsa para conseguir dinerito con el que acometer mejoras en los barrios de la ciudad. Al pleno de este viernes los socialistas presentaron varias mociones de las que se eligen tres. Ya saben que ahora los equipos de gobierno pueden modular a su antojo las intervenciones de la oposición para asegurarse así de que a nadie se le baje el azúcar en plenos demasiado duraderos. Pues hete aquí que una de las mociones presentadas por las huestes de Arcadio Díaz Tejera pide que se analicen en profundidad las necesidades de los barrios y se articulen los procesos necesarios que lleven a conseguir la financiación para llevarlos a cabo. Y ésa, precisamente ésa, no interesa nadita a Luzardo, que arruga los papeles y los lanza a la papelera en el más puro estilo Jason Klein (es una metáfora, quede claro). Sin embargo, sí se debatirá otra moción que busca esclarecer el estado exacto de Emalsa, cuestión que debería haberse planteado antes incluso de imaginar una posible venta de acciones. No pasará nada al respecto, adelantamos, especialmente para que no empiecen a saltar por la ventana algunos de los implicados en la venta a los franceses, incluido un consejero del actual Gobierno canario.