Unáse la buena fe de las familias de los republicanos asesinados en Arucas, la predisposición inicial del Ayuntamiento de la época (PSOE-PP) a defender la Memoria Histórica, la insensibilidad del grupo de gobierno actual (PP-CC) y el interés mediático suscitado desde noviembre con las primeras excavaciones y ya tienen el cóctel perfecto. Porque algo huele a negocio duro en el Llano de las Brujas, así, por la vía de las publicaciones institucionales, con prólogo accidental incluido. En una especie de proclama al viento de la Historia de que he venido aquí a exhumar mi libro, las sospechas que se esconden detrás de la prohibición de CC y PP de difundir datos de los trabajos de exhumación van más allá de la evidente mala gana de un pacto cuyo socio nacional no reconoce el 18 de julio como un golpe de Estado. Tienen a algunos, ahí dentro en el ayuntamiento, que se las trae al pairo el dolor y angustia de las familias. Sólo ven clin clin caja en sus futuras publicaciones...